22 mar 2013

DIETOTERAPIA APLICADA AL SIDA

                 INTRODUCCIÓN.

Cuando se ha confirmado la presencia de VIH o virus de inmunodeficiencia adquirida, el problema se puede atacar desde tres puntos. Inhibir la reproducción del virus, fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a paliar las posibles infecciones secundarias producto del debilitamiento inmunológico.

La alimentación en el portador del VIH es muy importante para conseguir que los futuros síntomas se retrasen lo más posible. Por otra parte, una alimentación óptima durante la enfermedad ayudará a paliar  igualmente a estos síntomas. Los síntomas están relacionados con el deficitario sistema inmunológico y a la misma vez se le asocian enfermedades que aprovechan estas circunstancias. Las más comunes y que pueden transmitirse por los alimentos y aguas contaminadas son la salmonella, la listeria o la criptoridosis. Todas ellas causan diarrea, malestar del estómago, vómitos, calambres estomacales, fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares, infecciones sanguíneas, meningitis y encefalitis.
 





A esto hay que añadirle la baja cantidad de ingestión de alimentos por parte de estos enfermos. Esto se debe a diversos motivos como la falta de apetitos y muy poca sensación de hambre (medicamentos que disminuyen el apetito, estado depresivo, llagas en la boca, etc.) y, por otra parte, la misma enfermedad impide la absorción óptima de los nutrientes (por los ya nombrados síntomas, como son, vómitos, diarreas, mala absorción en general). Todo esto hace que el enfermo vaya perdiendo peso progresivamente y que tenga un aspecto más demacrado.
 
 

OBJETIVOS DE LA DIETA EN EL SIDA.

Los objetivos de la dieta son mejorar el estado nutricional del paciente, aliviar los síntomas y en definitiva, intentar mantener una calidad de vida lo más normal posible. Con la dieta podemos retrasar los síntomas y enfermedades fortaleciendo el sistema inmunológico.

PROBLEMAS NUTRICIONALES.

Al igual que en muchas otras enfermedades, las infecciones aumentan el gasto energético del organismo y el consumo de oxígeno. Se produce un aumento en todos los procesos necesarios para que las células del hígado y las del tejido linfoide fabriquen las proteínas necesarias para que funcionen eficazmente los sistemas de defensa del cuerpo.

Si el sistema nutricional de la persona no es óptimo, como es habitual en el caso del sida, las proteínas musculares y de otros tejidos comienzan a romperse para aportar los aminoácidos esenciales necesarios y funcionen las defensas. El individuo pierde peso, pierde masa muscular y el ritmo de utilización de las sustancias nutritivas es superior al de ingesta de alimentos, con lo que se produce un déficit de energía.

El metabolismo de los minerales y las vitaminas también se ve alterado. Con la infección hay un aumento en la pérdida corporal de estos dos nutrientes. La falta de agentes antioxidantes como el selenio, zinc, cobre y vitaminas A, E y C influye negativamente en la lucha interna contra la infección por el VIH, que aprovecha un sistema inmune debilitado produciendo grandes niveles de radicales libres, que el propio organismo no puede eliminar a un ritmo adecuado.

Se produce a su vez una redistribución de la grasa, la elevación del colesterol y los triglicéridos en suero, la resistencia a la insulina y los elevados niveles de glucosa en suero.

De manera resumida, la  malnutrición en el sida tiene diferentes causas que aparecen simultáneamente o por separados:

-Ingesta alterada: náuseas y vómitos por la medicación, fiebre, dificultad en la masticación y /o deglución debido a las infecciones, problemas neurológicos, problemas económicos, anorexia o falta de apetito debido a la medicación, fiebre, cambios gustativos y factores psicológicos.

Aumento de las pérdidas o de las necesidades: diarreas, que producen la pérdida de peso de una manera crónica, malabsorción sobretodo de las grasas e hipercatabolismo.

Desordenes metabólicos: el aumento de las citoquinas  producen ciclos inútiles del metabolismo que conducen a la caquexia por disminución de la masa muscular; se disminuye las hormonas anabólicas “constructoras” como la testosterona; aumento de los triglicéridos…

LA INTERVENCIÓN DIETÉTICA SEGÚN LA PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD.

La intervención dietética debe garantizar tanto en la fase asintomática o sintomática las necesidades nutricionales. El gasto energético total se ve ampliado debido a un mayor gasto por estrés debido a la infección (35-45Kcal/kg persona/día). Las necesidades proteicas se centran en 1,5-2,5g/kg/día según el nivel de gravedad del enfermo. En lo que se refiere a las vitaminas, minerales y micronutrientes, aunque no está demostrado los valores suelen ser en la fase asintomática de 1 o 2 veces la cantidad recomendada diaria (CDR); en la fase sintomática hasta 5 veces la CDR  o cantidad diaria recomendada debido a la malabsorción. Todas estas pautas deben de ir acompañada de una buena educación nutricional e higiene alimentaria.

Según  la etapa de la enfermedad en la que nos encontremos deberemos adecuar la dieta a sus diferentes características.

INTERVENCIÓN DIETÉTICA EN LA FASE ASINTOMÁTICA DEL SIDA.

Para atrasar lo máximo posible los síntomas resulta especialmente eficaz una alimentación rica en alimentos naturales que contenga mucha vitamina C, A, E, betacaroteno y licopeno, selenio, zinc y hierro. También podría resultar útil la administración de suplementos siempre que este informado el médico.

La vitamina C posee propiedades antioxidantes que ayudan a impedir que el número de virus aumente. Son muy ricos en esta vitamina los pimientos, los cítricos, los guisantes, rábanos…

Los betacarotenos son precursores de la Vitamina A. La ausencia de esta vitamina aumenta la gravedad de las enfermedades como la diarrea, mientras que las infecciones incrementarán la carencia de vitamina A en el organismo. El betacaroteno se encuentra en muchos alimentos vegetales de color naranja, rojizo o amarillo.

La vitamina E protege las membranas celulares de la oxidación mediante la protección de sus ácidos grasos. Una falta de esta vitamina parece ser que produce cambios degenerativos en las células de algunos tejidos. Las verduras y hortalizas de color verde así como los vegetales ricos en aceite son ricos en esta vitamina.

El zinc (apio, espárragos, higos…) es necesario para la perfecta salud del sistema inmune y la absorción de la vitamina A. Y parece ser que protege contra los efectos tóxicos de algunos medicamentos. El hierro en los enfermos de sida suele presentarse bajo (carnes (grupo hemo-), tomate, espinacas, lentejas…). El selenio protege los tejidos de la oxidación, aumenta el apetito de los enfermos y ayuda a hacer los alimentos más digeribles (calabaza, cebada, uvas…)

SOLUCIONES DIETÉTICAS EN SITUACIONES ESPECIALES DEL ENFERMO.

Soluciones dietéticas a la pérdida de peso

Es importante realizar ingestas frecuentes y de poca cantidad, comer cuando se tenga hambre y no esperar a las horas normales, alimentación rica y variada, no beber líquidos abundantes en las comidas, seleccionar alimentos y líquidos muy nutritivos, enriquecer las preparaciones en energía y proteínas, pasear antes de comer ya que estimula el apetito...

Algunos consejos de cocina para aumentar la energía son: añadir mantequillas o aceites, nata, crema de leche, enriquecer con miel,  azúcar o frutos secos. Las cocciones recomendadas son los rebozados, frituras, salsas… Para enriquecer con proteínas puedes utilizar leche, queso, yogur, huevo y todas las fuentes proteínas posibles.


Soluciones dietéticas a la diarrea.

            Principalmente dieta astringente y según qué casos astringente severa. Bebe mucho líquido. Evita el alcohol, la cafeína, la grasa así como la lactosa y los alimentos ricos en fibra, principalmente soluble.

Soluciones dietéticas a las nauseas y vómitos

            Las recomendaciones se basan en disminuir la estimulación del sistema digestivo. Estas pautas son: dieta fraccionada, no beber líquidos abundantes en las comidas, comer lentamente, seleccionar alimentos blandos y con poca grasa, evitar los olores de la cocina, las bebidas carbonatadas suelen calmar las nauseas, comer tostadas o galletas antes de levantarse por la mañana, tomar sorbetes de fruta, helados, gelatinas…

Soluciones dietéticas a los problemas de deglución.

            Algunos de los consejos para evitar la dificultad al tragar son evitar los alimentos secos, los condimentos, los ácidos y las especias, beber con una caña o realizar ingestas pequeñas y frecuentes.

Soluciones dietéticas a las alteraciones del gusto.

            La disgeusia o alteración del sentido del gusto puede evitarse: aumentando la condimentación de los platos, evitar los alimentos muy calientes, evitar los alimentos que dejan gusto metálico…

No hay comentarios:

Publicar un comentario